Los seres humanos y su eterna búsqueda de la magia

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Escuela de Salud
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Los seres humanos y su eterna búsqueda de la magia

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A todos los niños se les hace creer en fantasías: los Reyes Magos, Papá Noel, el hada de los dientes, las vacunas que protegen, el pediatra que sabe lo que hay que hacer, la leche hace los huesos fuertes, el flúor impide las caries, las medicinas curan, etc.

Cuando crecen un poco más, se les añaden otras fantasías mucho más peligrosas: les enseñan a exigir sus derechos sin mencionar nunca sus obligaciones, les dicen que el estado de bienestar actual es sostenible y hay que aumentarlo, piensan que un país se puede endeudar sin límites, les dicen que son la generación sobradamente preparada, creen que Rajoy no quiere aumentar las pensiones porque las paga de su bolsillo, piensan que si meten unos impuestos confiscatorios a los ricos los van a pagar, piensan que viven en una democracia y el poder reside en el pueblo, están seguros que el Telediario nunca dice mentiras, piensan que la medicina oficial salva millones de vidas aunque oficialmente sea la tercera causa de muerte, creen que la quimio cura el cáncer, y todos ven correcto que a los hombres españoles se les haya quitado la presunción de inocencia.

Si llegan a los 30 años sin haber vivido nunca ni un sólo día fuera de ese mundo de fantasía, es lógico que piensen que dicha fantasía es lo único real. Si alguien les dice que en el mundo real nadie regala nada y que por cada acto inmoral se sufren unas consecuencias, como no les gusta el mensaje, recurren a la costumbre atemporal de matar al mensajero. Como matar resulta desagradable y ensucia las manos, ahora se recurre al insulto y a la denuncia por decir cosas que crean alarma social y son delito de odio. Esto cierra el círculo de ignorancia autoimpuesta del que no hay salida.

Lógicamente, estas personas no conocen otra cosa, y la palabra “esfuerzo” la consideran propia de un lenguaje trasnochado y facha. Cada uno de ellos está convencido de que Dios puso al resto de los habitantes del mundo con el único propósito de complacer todos sus caprichos, y se ofenden con mucha facilidad si alguno no hace lo que piden o dice algo que consideran incorrecto.

Todo ello explica que los únicos libros que leen sean los de Harry Potter y que hayan convertido a su autora en supermillonaria. Sencillamente, esta señora ha puesto a la venta un producto para el que hay una inmensa demanda.

No hace falta ser muy listo para saber cómo se comportarán todos los adictos a la magia ante cualquier situación cotidiana: huirán despavoridamente del esfuerzo y buscarán el truco, el atajo, la componenda, la recomendación, la trampa, el trampolín, el engaño, la picaresca o cualquier método para conseguir sus objetivos sin tener que esforzarse ni esperar. Es muy divertido observar cómo muchas personas religiosas traman argucias para timar a Dios. Lógicamente, estos timadores acaban siempre timados por los que se dedican a traficar con favores celestiales.

Para comprender mejor la incesante búsqueda de la magia de la especie humana, lo ideal es poner unos ejemplos:

1- ¿Qué hace la mayoría cuando está enfermo?

Lo primero que buscan es algo rápido que le quite las molestias y que no le impida hacer todas las cosas que le gustan. Lo de curar la enfermedad no se lo plantea ni el enfermo ni el médico. Eso de curar son cosas de caprichosos o de fanáticos.

Si tiene que elegir entre hacer una dieta sana u operarse a corazón abierto, la respuesta la dará camino del quirófano. Prefiere jugarse la vida a cara o cruz que dejar de comer las porquerías que le gustan.

Conocí personalmente a un hombre que le iban a cortar las piernas. Le dije que con cataplasmas de arcilla y baños alternos de agua caliente y fría salvaría las piernas. Le presenté a dos personas que habían salvado las piernas de esa manera, estando en la lista para cortarlas. La respuesta fue que la medicina todavía tenía muchas cosas que decir. Y yo le dije lo que le diría la medicina, primero le cortarían una pierna y luego la otra. Y así ocurrió exactamente. Hacerse unas cataplasmas y unos baños era demasiado esfuerzo.

Si a alguien le dicen que si no deja de beber al final le tendrán que trasplantar el hígado, ni se lo piensa. Mientras le vayan poniendo hígados de segunda mano, él puede seguir bebiendo.

2 – La gran mayoría de las personas que buscan la manera de hacer una vida sana se dedican a buscar productos que les digan que son muy sanos, pero que no tengan los inconvenientes que suelen tener los productos sanos. El problema de muchos productos sanos es que hay que lavarlos, pelarlos, cortarlos, prepararlos, y al final no tienen el mismo sabor que un chorizo o una hamburguesa. Como ese no es el tipo de vida sana que andaban buscando, se dedican a buscar sucedáneos de las porquerías a las que estaban acostumbrados, que vengan ya preparados y que tengan buen sabor.
El atajo que cogen para obtener una vida sana, resulta que no les lleva a conseguir lo que querían, pero les consuela psicológicamente de que lo hacen mejor que la mayoría. El resultado es que comen productos muy procesados, con muchas incompatibilidades en cada plato, cargados de condimentos, y no suelen acompañar las comidas de un gran plato de vegetales crudos. Incluso la bebida está envasada.

Como a la naturaleza no se la puede engañar, estas personas no se libran de la enfermedad. Presumen de vida sana con los amigos, pero el atajo no desemboca en el paraíso soñado.

3 – También tenemos a los que buscan un progreso espiritual. Hay una manera fácil y sencilla de lograrlo: ser una persona honesta y actuar cada día con ética para no perjudicar a nadie. Pero eso no le gusta a nadie, es demasiado aburrido.

En la mente de los que han leído a Harry Potter hay otros proyectos más fantásticos y más divertidos. Lo primero que hay que hacer es buscar algún grupo o secta que hagan cosas exóticas y vistan raro. Si tienen algún maestro o gurú que cuando hable no se le entienda, mucho mejor. Luego hay que aprender los libros que te inician en los secretos del universo, un aprendizaje que puede durar muchos años. Se necesita una jerarquía que te diga cuándo vas ascendiendo en los grados de tu espiritualidad, si no, no se podría presumir de los logros.

Al final no hay ninguna diferencia entre estos adeptos que ambicionan llegar a ser gran maestre de la logia y el clásico rico que ambiciona mucho dinero y al cual desprecian.

Pero incluso en ese ascenso espiritual no se quiere recorrer el largo camino y se van buscando trucos y artimañas. Se buscan métodos rápidos para despertar la Kundalini, cosa que ocurriría naturalmente después de muchos años de honestidad y castidad.

Se practican métodos para levitar, obtener telepatía, poder hacer viajes astrales, adivinar el futuro, etc.

Me gustaría que alguien me dijera si alguna de esas tonterías tiene alguna utilidad práctica, aparte de fardar delante de los amigotes diciendo que ellos no pueden hacerlo.

Alguien que quiere desapegarse de las cosas materiales y marcarse objetivos más interesantes, supongo que lo primero que debería hacer es no querer conseguir esos caprichos infantiles para alardear en la barra del bar.

4 – Como último ejemplo pondremos a los que no quieren salir de la fantasía del “buenrollismo políticamente correcto”. Para pertenecer a esa secta hay que apuntarse, creerse, manifestarse y estar a favor de todo lo que diga la tele. También hay que ofenderse, criticar y denunciar a todos los que duden de las bondades de cualquiera de las causas que se pongan de moda y sean anunciadas en el sagrado altar de la televisión.

Hay que odiar a los grupos que se señalen como diana, aunque sean los que pagan lo que consumes cada día. Y hay que acoger, amar y confiar en los grupos que diga Soros, aunque de vez en cuando violen o maten a unos cuantos. Si son los grupos correctos, son violaciones sanas a favor de la agenda.

Conclusión: buscando magia, trucos, atajos y recomendaciones se suele lograr una vida desdichada, vacía, absurda, con enfermedades y sufrimiento. Aunque la mayoría de personas no tienen otra opción, pues como nunca han sacado un pie fuera de su fantasía, ni siquiera pueden imaginar que existe un mundo real en el que podrían vivir felices.
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