Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

tubi
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Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

Mensaje por tubi »

Ibn Asad o como se hace llamar ahora Lomas Cendón ha vuelto a España desde febrero de este año, pubilca semanalmente arículos interesantes y hace una Jam Semanal Antes en yotube y ahora en bitchute. Tiene un canal de Patreon dónde publica en exclusiva para los socios, 5 euros al mes, pero el contenido es libre al poco tiempo.

Si interesa puedo ir colgando artículos y Jams, habla de temas interesantes como siempre.

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Aug 27, 2021 at 3:33 AM
LA CIUDADELA DE TU CUERPO

“De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país.” Algún anónimo pronunció esta sentencia; aunque en un país como este y una lengua como la nuestra, los anónimos nos conocemos todos, y me hago una idea de quién la dijo y en qué situación.

La actual es que estamos bajo ataque, en guerra total, encarnizada, sucísima; y cuando casi todo ya ha caído, sólo resta defender la última plaza, la más pequeñita pero la más valiosa, el bastión donde resiste la guarnición mejor entrenada, el búnker de la belleza que resta, el baluarte de la humanidad: tú.

Llevo años, camarada, estudiando al enemigo: más numeroso, más poderoso, más inteligente. Él urdía su plan cuando tú y yo éramos sólo niños. Él, viejo como el mundo, nos observaba mientras pensábamos que no existía. Él, mariscal de la mentira, nos debilitó durante décadas a través del maldito dinero, la televisión, la política, su veneno en nuestra comida. Él, malvado hasta lo impensable, tentó con la traición a los maestros en el desierto, sobornó a tus profesores, chantajeó a nuestros médicos, corrompió a todos aquellos que juraron servirte. Y aunque hoy parezca que su victoria sea inexorable y nuestra capitulación cuestión de días, he descubierto su flanco débil, tú me demostrarás si a tiempo.

Su debilidad reside precisamente en carecer de aquello que ansía de ti. Nosotros, humanos, somos depositarios de una esencia que él no tiene ni puede tener: la excepcionalidad del arte, la imperfección de la poética, la imprevisibilidad del alma. El espíritu sopla donde quiere, y en él no quiere. Por eso, aunque el ataque de nuestro enemigo parezca perfecto, invencible, inexpugnable, en esta apariencia, se delata como endeble, impotente, previsible. Está haciendo lo único que sabe y puede hacer. Lleva a cabo su envestida, repetitiva, automática, predicha, imitación de todas las veces que ya nos vimos en esta: Termópilas, Kurukshetra, Alesia, Lepanto, Cannas, Stalingrado, Gaugamela, Madrid… La invasión de la humanidad (o, mejor dicho, para evitar abstracciones; en concreto, la invasión de ti, de tu esencia y sustancia) sigue las tres fases típicas de la guerra, aplicadas durante el siglo XX en todas las ocupaciones militares del terreno, y proyectadas en este siglo XXI, en el campo espiritual, en lo que resulta ser la batalla final, la definitiva, la de tu cuerpo, palacio del alma humana.


FASE 1: SITIO DE LA PLAZA Y BOMBARDEO

En primer lugar, las fuerzas de ocupación sitian la ciudad y fuerzan el confinamiento de la población. La gente se encierra en sus casas, aterrorizada. Empieza una operación de desgaste psicológico basada en la propaganda de la radio enemiga y las octavillas lanzadas desde los aviones. El enemigo intenta convencer a la gente de las bondades del régimen que va a imponer y del peligro de oponerse. Se contratan colaboracionistas infiltrados en sectores gubernamentales estratégicos, policía, intelectuales, médicos. Tras un tiempo de tensión y amenazas, empiezan los bombardeos en diferentes puntos y se producen las primeras bajas.

Esto es lo que ocurrió durante todo el año 2020. A raíz de la amenaza pandémica en enero de 2020, empezó la campaña de guerra psicológica en los medios de información, adoctrinando a la población en el régimen de terror que llegaba. Propaganda. Desinformación. Desmoralización. Y confinamiento. Empezaron a caer las bombas, a silbar los obuses: primero en Wuhan, luego en Italia, en Guayaquil, en España, en las residencias, en los asilos, en los hospitales… en cualquier lugar amenazaba el ataque. La población se dividió rápidamente: los más débiles pactaron su rendición a condición de que el infierno cesase, ingenuos en la idea de que el invasor iba a ofrecer la solución al problema que él había traído; los más fuertes, empezaron a fraguar la Resistencia, conscientes de que todo aquello se trataba tan sólo de los preliminares iniciales de un ataque feroz, prolongado in crescendo en el desgaste. Los más experimentados nos preparamos para una larga contienda: lo peor aún estaba por llegar. Este estadio se extendió hasta enero de 2021, y en un clima de extraña calma y cierta tregua, se inició la segunda fase.


FASE 2: ENTRADA DE LOS TANQUES A LA CIUDAD Y OCUPACIÓN ESTRATÉGICA

Los tanques entran en la ciudad sin aparente resistencia, en eufemística misión pacificadora. Los invadidos les reciben con aplausos, besos y rosas. Al posicionarse, apenas necesitan dar un disparo, y con excepción de alguna que otra escaramuza, la ocupación por parte de las fuerzas acorazadas, se realiza de forma pacífica y triunfal. Se trata de la segunda fase, mucho más prolongada en el tiempo que la primera, y con una complejidad logística que requiere del colaboracionismo de los ciudadanos, la mayoría de ellos, inconscientes de la espuria intención de su enemigo. De forma paralela a la ocupación, continúa el goteo de bombardeos, que mantiene a la población en el confinamiento y el terror. Las fuerzas propagandísticas empiezan a atribuir la autoría de esos bombardeos a la Resistencia, con el fin de desmoralizar a las personas, que imploran por seguridad y protección. De hecho, si en la primera fase, los bombardeos eran estratégicos y localizados, en esta segunda fase se comienza a ver la satánica brutalidad del enemigo. Se empiezan a bombardear escuelas, guarderías, los niños empiezan a morir. Aunque la segunda fase se inicia de forma relativamente pacífica, su larguísimo desarrollo de apariencia inacabable en el tiempo, hace que el invadido se acostumbre al infierno. Nadie sabe cuándo esta etapa va a acabar.

Se trata de la fase en la que estamos, iniciada en enero de 2021: las fuerzas acorazadas son las campañas de vacunación. En efecto, las vacunas contra la covid-19 son a esta guerra espiritual definitiva, lo que la División Panzer fue a la Segunda Guerra Mundial: la vanguardista innovación tecnológica que inicia un nuevo paradigma de sometimiento y destrucción de la humanidad. Son mucho más que un Caballo de Troya high-tech, pues esta nueva arma hace de la misma población, una caballada global de aqueos durmientes, un campo de minas electromagnético, una bomba de relojería nanotecnológica. ¿Cuándo se darán cuenta los troyanos de que nos la han metido doblada? Pues en esas estamos. No antes de que el 70% de ellos estén vacunados, y si es el 80 o 90 %, mejor. Mientras tanto, las bajas se diluyen entre la manipulación mediática: algunas trombosis raras por aquí, infartos inexplicables por allí, muertes súbitas que se apresuran a desvincular de la vacuna, miocarditis, ictus, encefalitis, parálisis facial, abortos, disfunciones eréctiles, desórdenes hormonales… Se culpa a los negacionistas de la enésima ola y de las tropecientas variantes, antes de llegar lo inevitable: la decepción de asumir que las vacunas no inmunizan de nada, y que ojalá fueran tan sólo ineficaces para lo que, pensamos, fueron concebidas. En ese momento, empezará la tercera fase.


FASE 3: INVASIÓN DE INFANTERÍA, ASALTO CASA POR CASA

Con los tanques ya establecidos en las calles, los soldados invasores entran en la ciudad y hacen el trabajo sucio. Saqueos. Segregación. Torturas. Fusilamientos. Violaciones. Desabastecimientos. Apagones. Destrucción. Bajo pretexto de sometimiento de la Resistencia, realizan todo tipo de abusos y tropelías en los civiles. Se abole el marco jurídico natural de los que han sido invadidos, y se impone una ley marcial a capricho de los invasores. La infantería campa a sus anchas, entran en los hogares echando abajo las puertas, buscando células de la Resistencia. Aplastan todo tipo de disidencia, casa por casa. Ejecutan a los colaboracionistas que ahora se muestran inútiles. En un clima de constante terror, se suceden conflictos civiles espoleados por la fuerza invasora. La cultura autóctona resulta arrasada, la población diezmada. Sobre las ruinas de la ciudad, se funda un nuevo orden, y los jerarcas invasores firman una paz que echa a andar una nueva era, un año cero.

¿Cuándo entraremos en esta tercera fase? Cuando las sociedades occidentales despierten del sueño en el que están y abran los ojos al hecho de que su civilización se encuentra absolutamente parasitada. Europa seguirá en letargo, Estados Unidos en decadencia, Hispanoamérica desvencijada, mientras las fuerzas de disolución vayan infiltrándose tras la coartada de la sostenibilidad medioambiental y demográfica de la Agenda 2030. La actividad económica, la libre circulación, el libre comercio, las relaciones sociales, la vida pública, seguirán siendo rehenes de una tiranía invasora bajo pretexto sanitario. Mientras la población permanezca dormida en los laureles, creyendo en una recuperación económica fantasma, en un sistema democrático fraudulento, en una campaña de vacunación que no acaba con ninguna pandemia… más traumática y dolorosa será la insoportable decepción de saberse engañado hasta tal extremo. Sólo entonces, ante la brutal evidencia del mayor golpe criminal de la historia de la humanidad, entraremos en la tercera fase del desmantelamiento de la Civilización Occidental: devastación de la cultura cristiana europea, genocidio secuenciado a lo largo de la década, colapso demográfico y sustitución con población extranjera, implosión del sistema financiero, proliferación de enfermedades neurodegenerativas y autoinmunes, explosión de los casos de cáncer y diversos síndromes, desastres medioambientales inducidos por armas climáticas, guerras civiles incomprensibles, control social y mental de los supervivientes a través de neuromodulación remota con ondas electromagnéticas, implantación de un sistema nervioso social gestionado por Inteligencia Artificial, transhumanismo como sucedáneo religioso, Europa sometida esperando el tiro de gracia, degeneración absoluta de la humanidad que aún somos.

En ese instante, te tocará defender la plaza, la ciudadela de la humanidad, tu cuerpo. Será el momento de mostrar de qué verdad estás hecho. Será la hora de seguir el destino que has construido y eres. Será el fin para el que cualquier guerrero kshatriya vino a este mundo. Nos mantendremos en el escenario mientras entonamos la última rapsodia, sincopamos la danza final, vivimos el clímax de esta tragedia, hasta que caiga el telón. Recibiremos la muerte cuando corresponda recibirla, y lo haremos a su tiempo, y sonriendo. Moriremos como hombres comunes; alcanzaremos la gloria como los grandes viras.

“De la piel para dentro empieza mi espiritualidad. Elijo yo aquello que puede o no entrar en ella. Soy un paraíso, un olimpo, un nirvana; y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que todos los templos de este mundo.”
Última edición por tubi el 01 Sep 2021, 16:46, editado 1 vez en total.
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Escuela de Salud
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón=

Mensaje por Escuela de Salud »

Me alegro de que Ibn Asad vuelva a la lucha.

Te agradeceré que vayas añadiendo lo que consideres interesante.
tubi
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón=

Mensaje por tubi »

Jam Semanal donde hace un guiño a médicos por la verdad.

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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón=

Mensaje por tubi »

Escuela de Salud escribió: 31 Ago 2021, 00:18 Me alegro de que Ibn Asad vuelva a la lucha.

Te agradeceré que vayas añadiendo lo que consideres interesante.
Gracias Francisco, colgaré lo que vaya viendo más Interesante
tubi
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón=

Mensaje por tubi »

Guiño de Ibn Asad a Médicos por la verdad

Ya no hay vuelta atrás! Se extienden en número las asociaciones como Biólogos por la Verdad, Abogados por la Verdad, Periodistas por la Verdad, Policías por la Verdad… como una especie de propagación vírica descontrolada. ¿Quién fue el paciente cero de este furor replicante? La cepa original (con sus ceporros originales) provienen de “Médicos por la Verdad”, que se pusieron ese nombre tan ridículo como sonaría Informáticos por la Virtud, Cerrajeros por la Armonía, o Futbolistas por la Inmortalidad del Alma, si no fuera porque los informáticos, los cerrajeros y los futbolistas son gremios que aún conservan un sentido de la decencia y el decoro que el cuerpo médico definitivamente ya ha perdido. ¡A los hechos nos remitimos, queridos médicos veraces! ¿O es que al existir unos “médicos por la verdad” tenemos que inferir a qué se dedican, en verdad, los otros médicos a secas?

La verdad, valga la redundancia, es que un médico existe por y para la salud de sus pacientes. La verdad no tiene nada que ver con la actividad médica. La Dra. Natalia Prego será una excelente o pésima médica (yo no lo sé; sus pacientes lo dirán), pero lo que sé es que, como médica, la verdad ni la huele. Immanuel Kant, que sí se interesó por la verdad sin ingresar en un estrafalario colectivo como “Filósofos por la Verdad”, diferenció entre Verdad (con etimología en veritus, veritas) y Validez (con etimología en valor, valoris), como origen de conocimiento. Toda ciencia moderna (incluida la médica) se basa en la experiencia, y, por lo tanto, en la Medicina no existe la Verdad, sino la validez de la experiencia. Ellos se referirán a “validez clínica”, “validez analítica” … pero la Verdad no supone ser ningún objeto médico. “Médicos por la verdad” es como decir “Matasanos por los sanos”. Lleváis décadas lloriqueando y quejándoos del intrusismo profesional en la Medicina… ¿de veras pensabais que ahora ibais a meter vuestras zarpas en Metafísica con esa desfachatez sin que yo no os saltara al cuello? Dejad la Verdad en paz, y limitaros a no colaborar en el genocidio que están ejecutando los vuestros.

Demócrito sentenció que “de verdad no sabemos nada porque la verdad está en un pozo”, y la frase ilustra la intuición presocrática (y socrática, también) de que la Experiencia y la Verdad tienen una relación muy rara. Parece pero no es. De hecho, la palabra griega para Verdad, alétheia, significa “desvelado”, sin velos, lo que se muestra oculto tras la apariencia experimentada por los sentidos. La experiencia puede decirnos que una serpiente es verde, y el ignorante doctor asegura poseer la verdad de que la serpiente es verde. Sin embargo, esa verdad se cae cuando es un daltónico el que mira, o cuando la serpiente está mudando su piel o está enferma. La experiencia nos dice que la serpiente es verde en la mayoría de los casos, pero nada de eso roza verdad alguna. Incluso, en última instancia, es muy probable que tengamos a una serpiente que, ante cualquier médico, se diga: ¿Y qué sabrá este mendrugo con bata blanca quién soy yo en verdad?Este problemón epistemológico lo expresó magistralmente un español, Averroes, y si no me lo aceptáis como español, hacedlo al menos como cordobés y andaluz. Para Averroes, que por cierto era médico de verdad y no “por la verdad”, sólo existía una única Verdad mayúscula y singular, como buen musulmán que era y como mejor médico que todos vosotros juntos. La agudeza de Ibn Rusd (alias Averroes) sólo la consiguieron asimilar al pensamiento europeo genios de la talla de Tomás de Aquino o Guillermo de Ockham. Como suele suceder en estos casos, prevaleció una regurgitación chapucera sobre esas geniales integraciones, en cierto modo necesaria, hecha por Siger de Brabant y su teoría de la doble verdad: se acabó por aceptar barco como animal acuático en el scattergories epistemológico, y de ahí surge el zigotillo de la medicina moderna en la que siglos más tarde os acabaríais por licenciar. A su tiempo, Gottfried Leibniz lo aclaró diferenciando entre Verdad Metafísica y verdades contingentes, éstas en plural y minúsculas. Aún estáis a tiempo: podéis cambiar el nombre de la asociación, por “Médicos por las verdaditas contingentes”, y aunque no sonaría tan solemne, pretencioso y clerical como “Médicos por la Verdad”, demostraría algo de rigor, si no científico (de
ese, tururú), al menos, sí semántico.

Isaac Newton, el padre de la Física y fundador del paradigma mecanicista en el que chapoteáis como
modernos, respondía a la pregunta formulada por su colega, el Dr. Bentley, sobre la verdad de la fuerza de
la gravedad innata, inherente, esencial a la materia, calificando ese concepto como “un absurdo tan grande
que creo que ningún hombre que tenga en materias filosóficas una facultad competente de pensamiento
pueda caer en él jamás.” Cito textualmente a Newton a propósito de la verdad por la que aseguráis trabajar:
se trata de una construcción, una convención que se adecúa al contexto de una necesidad, una cosmovisión,
una cultura, o en el peor de los casos tratándose de médicos, a los intereses de quien os paga el sueldo. En
definitiva, lo que el médico llama verdad no pasa de ser una mera creencia, os guste o no, que pertenece a
la misma categoría de la fe religiosa, con todo rigor filosófico, en la medida en la que su veracidad se
fundamenta en su validez contingente. ¿Queréis evidencias de lo que os digo? Decidme una única diferencia
sustancial entre la Santísima Trinidad y la proteína spike. Yo os digo cinco coincidencias esenciales:

1) A ambas nunca jamás nadie las vio.

2) Se habla de ellas a través de teorías sin ninguna correlación con la realidad.

3) De ambas se da fe de su existencia a través de los libros (bien tratados teológicos, bien papers
científicos)

4) Ambos dogmas se blindan por consenso oficial (eclesiástico o académico)

5) Quien las cuestione será repudiado y expulsado de la comunidad (religiosa o científica)

La Santísima Trinidad es al dogmatismo católico, lo que la proteína spike es a Médicos por la Verdad: una
patraña en la que la organización se agarra para justificar su existencia, y en la que no habita ni puede habitar
ninguna verdad singular. Ni Racionalismo ni Empirismo consiguieron arañar la verdad… pues entended que
unos médicos desorejados, mucho menos. Vuestra ciencia se fundamenta en hechos, y la Verdad es un
noúmeno que sólo puede ser pensado (David Hume dixit). La Verdad que nombráis en vano, es absoluta y
“sistémica” (Hegel dixit), y se expresa como “la coincidencia del hombre consigo mismo” (Ortega y Gasset
dixit). Sé más que vosotros. He leído más que vosotros, pienso más vosotros, y sé más filosofía que vosotros.
(Max Cady dixit) ¿O creíais que un par de mamporros en las pelotas bastarían para acabar conmigo?
Abogado… abogado… ¿abogado por la verdad? ¿estás ahí?

Si sois médicos por la verdad, empezad por escucharla con respecto a vosotros mismos: estáis fracasando.
Me hago cargo de lo que debe de joder que un don nadie os tome por el pito de un sereno, que un filósofo
harapiento de Sinope se mee en vuestro principio de autoridad, que un vagabundo como yo os moje la
oreja… pero abrid los ojos a que no soy el único. Os habéis quedado entre dos aguas, entre Pinto yValdemoro, entre el desprecio del oficialismo y la desconfianza de una disidencia bregada en identificar a traidores a la legua. Sois como los semáforos de mi barrio a partir de las 23 horas: nadie os respeta. Sencillamente ejercéis de pepito grillo mojigato, confesionario de matarifes, corderito falsario de un Establishment sanitario que al menos se asume como lobo: este desastre no se debe a un error médico, sino a un genocidio planificado. Vosotros entráis en esta tragedia como blanqueadores de sepulcros, lejía de la conciencia, excipiente innocuo del veneno que nos inoculan.

La gente os tiene calados, a los de la verdad y a los de la no-verdad. Médicos, no nos fiamos de vosotros. Yo, al menos, no. Soy escritor y músico, y la validez de mi trabajo se circunscribe a si escribo bien o mal, mi música gusta o no gusta. Vosotros sois médicos, y la validez del vuestro depende de si la medicina sirve o no sirve. Y no sirve. Nos están matando y vuestra medicina no sirve. Así que dejad la Verdad como hobby de asociados prejubilados, y cumplid con vuestro deber de una puta vez. Este consiste en proteger la salud de la población, la misma población que ahora mismo está siendo diezmada a manos de vuestros compañeros de facultad.
Joyero
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón=

Mensaje por Joyero »

No conocia a este tipo...Resulta de lo mas interesante
Yo tampoco me fio hasta cierto punto de estos"por la verdad",a fin de cuentas todavia
tienen cosas en las ke se ekivokan,como la alimentacion,incluso algunos como Doña Natalia Prego Cancelo
creen ke el microbicho existe sin verlo :mrgreen:
Otra cosa es aprovecharnos de sus conocimientos sin dañarles como manera de proteccion anti-plandemia,aunke
para proteccion individual no hay ke fijarse tanto en estos,sino principalmente en los expertos juridicos,ir buscando
el ke mas nos defienda de cara a cualkier tramite burocratico.De los 3 ke mas he oido hablar,me parece
ke,de mas a menos fiable son:Don Jose Ortega Ortega,Don Raul Castañeda Cruz,Don Aitor Guisasola Paredes
De hecho tengo un hilo"ayuda legal antiplandemia"en el ke tengo aportaciones de ambito juridico-administrativo citadas
por mi y por otros
tubi
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

Mensaje por tubi »

ADVERSUS HAERESES

por Ibn Asad – www.ladanzafinaldekali.com

El fulano de la imagen, con cara de pocos amigos, es Ireneo de Lyon, obispo católico del S.II, célebre por su
obra contra los herejes, Adversus Haereses, literalmente, “Contra las Herejías”. Sólo desde esta pentalogía
de Ireneo, la palabra “hereje” empieza a cobrar un significado peyorativo, sin duda, un insulto: en la sociedad
medieval, hereje es el sambenito equivalente a nuestro contemporáneo “negacionista”, una acusación de la
que todos huyen, y que te puede meter en serios apuros. Un cura con fama de hereje arriano, lo tenía tan
crudo en la época, como un actual farmacéutico homeópata sospechoso de negacionismo. Mejor que no se
les note a ambos si lo son. Y si no lo son, que no lo parezcan.

Como ocurre con todas esas palabras usadas como arma arrojadiza, los que lanzan la ofensa ignoran su
significado. “Hereje” viene del latín hereticus, que significa “opción”, y ésta del griego hairetikós, que es
“quien decide”. El verbo griego haireîn significa “elegir libremente”, aceptando el pleonasmo de atribuir
libertad a la elección. ¿Pues qué elección cabe sin libertad? Ninguna, sólo la coacción, la imposición, la
aceptación del dogma. Con todo rigor, hereje es aquel que se decanta por una opción, el que elige un camino
distinto al marcado, el que decide libremente discrepar con alguna forma de ortodoxia. ¿Alguien conoce el
nombre completo de la obra Adversus Haereses, “Contra las Herejías”? Es este: “Desenmascarar y refutar la
falsamente llamada ciencia”. No se trata de un eslogan de maldita.es u otro antro anapastoril de fact
checking, sino el título de la obra dogmática de un Padre de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Eso de
denunciar como “falsa ciencia” a todas las ciencias que no son la propia, y estigmatizar a sus defensores con
una etiquetucha ridícula para así proclamarse único representante de la Verdadera Ciencia, es un método
demasiado viejo y repetido como para no identificarlo ahora: Ireneo de Lyon y Anthony Fauci; Roma vaticana
y Organización Mundial de la Salud; párrocos meapilas y médicos televisivos; monaguillos chupacirios y los
periodistas sinvergüenzas que aterrorizan a los laicos con el infierno covidiano.

Ocurre que esta estrategia de control social a través del dogma nunca se conforma con meras palabras. A
Aversus Haereses le acompañó la satanización, marginación y aniquilación de los valentinianos, ofitas y
cainitas, y la instauración de un ambiente de inflexibilidad teológica e histeria social, que cristalizó muchos
siglos después en la Santa Inquisición. En este proceso, la palabra “hereje” dejó de significar “el que elige
libremente”, y empezó a ser sinónimo de “inmoral”, “perverso” y, sobre todo, “negador de la verdadera fe”.
Sí, con todo rigor, un hereje frente a la Inquisición era un “negacionista”, pues se le acusaba de negar la fe
verdadera, y lo que tenía que hacer para salvar el pellejo era renegar (re-negar, renegare) de su error. En
principio, bastaba con no negar, es decir, con reafirmar la fe en la Iglesia Católica, para librarse del ostracismo
herético medieval. Desde tiempos de Lucio III y su bula Ad abolendam diversam haeresium pravitatem
(Abolir diversas herejías malignas), se obligó por decreto a los herejes negacionistas a dimitir de sus cargos
públicos, a abandonar la vida social, y a renunciar a su derecho a juicio, a herencia y a emitir testamento. La
familia se distanciaba de ellos, los vecinos dejaban de saludarles, se les negaba el acceso a otras comarcas...
¿Les suena? Un poquito, ¿a que sí?

Pero tampoco se conformaron con la exclusión social. Pronto empezaron las encarcelaciones y las penas
ejemplarizantes. Con la bula Ad extirpanda de Inocencio IV se dio vía libre a la tortura física y psicológica
para conseguir a cualquier precio que el hereje renegara. Pero como bajo tormento cualquiera afirma o
reniega lo que sea necesario afirmar o renegar, la confesión dejó de tener valor exculpatorio y cualquier
denunciado pasó a ser considerado relapso y pasto de hoguera. Al Santo Oficio le gustaba hacer pública la
muerte de los negacionistas como consecuencia inevitable de su pertinaz error. De esta forma, con el
cadáver del hereje expuesto en la plaza, se demostraba al pueblo llano que esa falsa ciencia fue incapaz de
librarle de la muerte, que sólo la fe en la verdadera ciencia cura y salva. Además, moralizaba a los asistentes,
aterrorizados ante la posibilidad de que su entorno les denunciara por animadversión o mero capricho. El
aldeano vitoreaba y aplaudía la ejecución para que nadie en la sociedad dudara que, en aquel repugnante
espectáculo, se hacía justicia con el que alteraba el orden y la salubridad de la comunidad. Los chavales
arrojaban piedras a la pira. Las mujeres escupían al cadáver. Las beatas se santiguaban dos veces, tres, o las
que hiciera falta. El negacionista tenía, finalmente, su merecido.

Resulta sorprendente lo repetitivo y cíclico que resulta el comportamiento humano. Se puede decorar con
elementos nuevos de película de ciencia-ficción... pero todo esto resulta ser lo de siempre, lo que hemos
padecido durante milenios, y que se puede expresar con lucidez de una manera muy sencilla: el
sometimiento de la mayor parte de la humanidad a manos de una escasísima minoría, a través de la mentira,
el sufrimiento y el genocidio. La nueva era consiste tan solo en la sofisticación formal de este antiguo
método. ¿Por qué sustituirlo si ha demostrado funcionar tan bien? Solo cambian algunas cosillas... Antes era
una aspiración católica (katholikos, universal) y ahora es global (New World Order). Antiguamente la sede
estaba en Roma, y hoy está en Davos; cambia Vaticano por World Economic Forum, y las mitras por los trajes
caros de los altos funcionarios de la ONU. Antaño se buscaba el Reino de los Cielos; en la actualidad el
objetivo es la Agenda 2030. Antes se sometía a la población con guerras religiosas contra pueblos extranjeros
y matanzas en nombre de Dios y la Virgen; hoy las guerras son contra virus invisibles que nadie ha visto ni
con microscopio, con las mismas carnicerías en nombre de la sostenibilidad y el control demográfico. Antes
se adoctrinaba con una teología absurda que nadie en el pueblo entendía; hoy se imponen dogmas
científicos contradictorios que van amoldándose a los intereses del Poder en su escalada de control. Antes
se esclavizaba la mente humana con el miedo y la histeria de masas espoleada desde los púlpitos; hoy se
esclaviza con propaganda, noticias y medios de información. Mañana se esclavizará con neuromodulación
remota basada en nanotecnología inoculada en nuestro organismo, armas psicotrónicas e Inteligencia
Artificial. Y siempre, pasado, presente y futuro, marcados por esa constante del gobernante, tan interesado
en hacer sufrir al gobernado hasta el extremo de que este se arrodille y suplique por su muerte.



© 2021, por Ibn Asad, publicado en www.ladanzafinaldekali.com
tubi
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

Mensaje por tubi »

LA JAM SEMANAL DE KALI - programa 03 - Peter Green, manifestaciones y Adversus Haereses

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Joyero
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

Mensaje por Joyero »

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Antonio
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Re: Artículos Ibn Asad (Lomas Cendón)

Mensaje por Antonio »

Joyero escribió: 03 Sep 2021, 12:46 https://www.eldiestro.es/2021/09/mengan ... -la-verdad
Justo acabo de encontrar lo mismo
buenisimo
"Cada uno de nosotros vale 1.000 como ellos"

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