Testimonio de un embarazo, parto y lactancia hasta los 7 meses de edad
A una pareja de amigos que decidieron tener descendencia haciendo las cosas casi bien, les he pedido que describieran el proceso, esperando que su experiencia pudiera servir a otras parejas como guía en una actividad tan importante como desconocida, como es la de traer una nueva vida a este mundo.
A continuación transcribo su experiencia estructurada en 3 bloques:
Antes del Embarazo
Embarazo y parto
Después del Embarazo
Antes del Embarazo
Nuestra dieta cambió aproximadamente 2 años antes de que mi mujer se quedara embarazada. Quizás “cambió” no es la conjugación correcta; “empezó a cambiar” sería más exacto, ya que fue un proceso más que un giro radical, y todavía estamos en ello, sacudiéndonos antiguos hábitos alimentarios. Dejamos la carne progresivamente, menos alcohol (nada de destilados, pero seguimos tomando vino sí y algo de cerveza), dejamos los lácteos (menos algún queso), nada de bollería ni bebidas azucaradas (esto desde años atrás), poco trigo pero otros granos sí, nada de comida precocinada, etc. O sea, ya veis que no se acerca a la dieta ideal recomendada en este blog, basada principalmente en fruta y verdura cruda pero tampoco son todo embutidos y rebozados industriales. Desde entonces seguimos con el proceso y nos acercamos más a la meta que queremos llegar. Ninguno de los dos fumamos: Yo nunca he fumado; mi mujer fumaba poco y lo dejó hace 10 años.
Otros aspectos además de la dieta: hacemos deporte moderado, yo más que mi mujer. Tomamos el sol en horas suaves sin protección y desnudos cuando podemos, nadamos en el mar y nos movemos en moto.
Los niveles de estrés varían: por nuestro carácter y trabajo/viajes, el mío era mayor. Aunque todo no se justifica por el trabajo, el carácter influye también: el a veces no tener perspectiva en las cosas y la forma de afrontar determinadas situaciones hace que mi mujer domine mejor este área. Yo progreso adecuadamente.
En este periodo, no mucho más que señalar, ningún evento que alterara nuestras vidas diametralmente, ningún cambio de vida radical, geográfico, etc., solo viajes temporales por mi parte y las preocupaciones laborales comunes a casi todos.
4 años antes del embarazo, mi mujer y yo nos sometimos a un tratamiento de quelación con el Dr. Mazzuka. Lo hicimos por prevención, no teníamos ningún problema. Mi mujer nunca ha tenido caries; yo sí, varias desde joven y tratadas algunas con amalgamas. Me las quité todas (3 en total) en un centro especializado y siguiendo el protocolo necesario. Muchos dentistas a los que acudí al principio me las querían quitar a las bravas, como un empaste normal, sin más. Me sorprendió la completa ignorancia sobre el tema de profesionales que deberían estar puestos en el tema. En especial, dos dentistas de Madrid, cerca de donde vivíamos en aquella época en Manuel Becerra.
Embarazo y parto
El embarazo transcurrió sin ningún problema. Sinceramente, nos enterábamos de qué síntomas y alteraciones podrían sufrir las embarazadas por amigas de mi mujer. Nosotros hacíamos vida totalmente normal, nunca tuvo náuseas, mareos, caprichos, cambios de humor, desequilibrios hormonales, retención de líquidos… Y, por supuesto, nada de diabetes en el embarazo, como sufrió una amiga de mi mujer y nos explicó que muchas veces era “normal”. Lo dicho, nos enterábamos de estas cosas por otros.
Cerca del quinto mes de embarazo, durante una conversación con el dueño de este blog, surgió el nombre del Dr. Escudero. Alguien totalmente desconocido para nosotros en aquel momento. Pero siendo Llinares la fuente de la recomendación, siempre hay que investigarlo y mínimo sopesarlo. Nos documentamos y decidimos viajar a Valencia, donde en su casa prepara a las parejas para el parto. Una experiencia única. Por la potencia y carisma abrumadora del Dr. Escudero así como por los resultados que luego contaré. Hay muchos vídeos que describen su método y lo presentan mejor de lo que puedo hacerlo yo. Solo deciros que después de aplicar sus artes en las 4 chicas embarazadas, de pie delante de los demás que estábamos en la sala, les traspasó el antebrazo con una especie de varilla/aguja larga y éstas se reían. Le pregunté a mi mujer que qué le pasaba, que sentía, y me dijo que era como haberse tomado un Valium, pero sin química tóxica farmacéutica.
Nos despachó a todos ese mismo día diciendo que ya estaba, que podíamos ir al parto tranquilos y que a otra cosa mariposa. Como cualquier charlatán vendedor de jarabes milagrosos.
Solo que mi mujer dio a luz en una casa (ella, la comadrona y yo), llegando 1 hora antes y 3 horas después estábamos en la nuestra de vuelta (incluyo aquí el tiempo del papeleo necesario). Sin epidural, por supuesto, y sin ninguna episotomía ni puntos en ningún sitio delicado de su cuerpo. No os voy a decir que fuera un paseo por el parque, que daba a luz mientras charlaba conmigo sobre Madrid en otoño, los dos con una copa de vino. En su cara le vi momentos de dolor, cuando empujaba y al salir la niña pero éstos contados con los dedos de la mano. Y de su recuperación ni me enteré.
A riesgo de poner en duda la credibilidad de esta experiencia en algunos de los que leéis esto, termino diciendo que el mismo día de dar a luz, de vuelta a casa ya, comimos una copiosa fabada que preparé siguiendo la receta de mi madre, que era Carbayona. Mi mujer comió la misma cantidad que yo.
Después del Embarazo
Nuestra hija tiene 7 meses. Y tanto ella como su madre están perfectamente. Otra vez, me repito como el escritor aficionado que soy: nos enteramos de los problemas de este periodo por amigos. Nunca hemos ido al hospital de urgencias debido a las razones que mis amigos han padecido (fiebre, llora mucho desconsoladamente, respira mal…). Duerme bien, come bien, juega, está atenta, es muy observadora… Y su madre igual: la leche normal, buen humor. Depresiones post parto, etc., no nos han pasado.
El Dr. Escudero nos dijo que la forma en la que nace un niño (sin estrés, en un ambiente relajado, sin fórceps, etc.,) es importante. Al cerrar la sesión dijo que no solo anestesiaba a la madre noesiológicamente sino que el bebé también sería un bebé noesiológico. Este capítulo está por descubrir todavía, de momento, si creo que hemos traído al mundo una niña Noesio.
Llegado a este punto, debo decir que no sé qué parte de lo de arriba ha sido debida a las características personales de nosotros, los padres, su genética y predisposición; el no haber sido una pareja que haya hecho demasiados excesos, que se haya cuidado nutricionalmente, etc. Por ejemplo, hablando con la madre de mi mujer, nos decía que a ella tampoco le hicieron la episotomía en ninguno de sus tres partos. No tengo ninguna duda que el Dr. Escudero tuvo un efecto en nosotros y grande. Llinares, igual. La cuestión aquí sería saber qué parte es debido a qué. Así, esta experiencia sería mucho más modulable en su aplicación a otras parejas. Lo que está claro es que tomar las riendas de este proceso tan importante (y, en general, de tu salud) y no delegarlo en otras personas, para mi es algo crítico. Los miedos se vencen y la seguridad en tu decisión aumenta a medida que lees, investigas, contrastas, atas cabos: todo con espíritu crítico. Es una maravilla descubrir a alguien como el Dr. Escudero (un médico al que deberían haber reconocido y premiado con el Nobel) y entender por qué está relegado a ejercer su método y revolucionarios conocimientos en un chalet particular, sin lujos, en un pueblo de Valencia. Todo encaja, las cosas tienen sentido para el que se informa y toma la responsabilidad de su salud: sus tratamientos funcionan. Es precisamente por eso (y sospecho que su integridad tiene algo que ver también) por lo que es alguien marginal.
Como él, hay otros que funcionan y puedes aprovecharte de los grandes beneficios de sus métodos. La cuestión no es la veracidad de sus prácticas. La cuestión es que son no-alineados, fuera de la órbita de la patética academia y sus sponsors. Estos no van a ponértelo fácil y recomendar a alguien que desbarata los fundamentos de su reconocimiento social. Por eso siguen huyendo hacia adelante.
Por último, decir que durante los primeros seis meses de edad la niña sólo ha tomado la leche de su madre como su único alimento y no ha recibido ninguna vacuna.
Aquí termina el testimonio de la pareja de amigos, y yo aprovecho para emplazarlos a redactar otro documento parecido cuando la niña cumpla los dos años. Pongo los dos años como la fecha oportuna para aportar la experiencia que supone el embarazo, parto y lactancia por dos motivos:
1- Porque los dos años es el plazo mínimo para mantener la lactancia materna.
2 – Porque desde que nace una criatura hasta los dos años, es un período en el que la mayoría desconoce qué cosas debe hacer, cuándo tiene que empezar a introducir cada clase de alimento, y qué otras actitudes pueden mejorar la salud física, emocional y mental del recién nacido.
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A continuación, pongo un vídeo de una de las sesiones del Dr. Escudero con las embarazadas.
[youtube https://www.youtube.com/watch?v=q-AsSA2NPuw?rel=0&controls=0&showinfo=0]
Muchas gracias a vuestros amigos por el testimonio y a ti (Francisco) por publicarlo. En mi caso llego tarde, pero mi intención es convencer a mi mujer para dejar de ponerle vacunas y seguir gran parte de las recomendaciones. Aunque el mal ya está hecho.
Este artículo te ampliará la información
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